Durante cuatro meses, seis personas nos embarcamos en un proyecto común. Debíamos aprender a infografiar, una técnica de la que no teníamos demasiada idea pero que, en cuestión de semanas, se convertiría en el principal calentamiento de nuestras cabezas.
Primera lección: ¿cuál es la diferencia entre una curva y una recta?
Última lección: juntos, es posible.
Meses después, ante nuestros ojos y con unos cacahuetes en la mesa, teníamos 3x1 metros de una macroinfografía pegada a modo de possit en una gran pizarra que advertía lo que sería una "obra maestra", hecha por seis infografos noveles pero con mucha ilusión.
El pasado miércoles, mientras yo surcaba el Océano Atlántico, miles de personas veían publicada una parte de esta obra en el diario Información.
Un especial de Nuevo Periodismo que rellenan cada semana los alumnos del CEU sacaba a la luz pública un trocito de nuestro trabajo que, si todo va bien, podrá ver completo mucha más gente en cuestión de semanas.
Tras la pena de cambiar las palmeras caribeñas por las ilicitanas y cambiar las iguanas y los mayas por profesores y compañeros... me doy cuenta de que quizá no dé tanta pena volver, que hay muchas cosas en mi civilización por las que merece la pena luchar cada día y que el trabajo, con constancia... da su fruto. Y hace ilusión.
0 comentarios :: El fruto del trabajo
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