Parece mentira cómo cada día vivimos ajenos a las comodidades con las que contamos, las tecnologías con las que disponemos y las facilidades que éstas nos aportan. Otros, mientras tanto, en este mismo mundo, pero no a tantos kilómetros como pensamos, apenas pueden imaginar qué es tener conexión wi-fi, llevar una PDA o, símplemente, contestar a una llamada del móvil. Es lo que llamamos "la brecha digital" una gran diferencia entre las comodidades tecnológicas de un mundo y otro -el primero y el tercero-.
Sin embargo, al hablar del tercer mundo, todos nos imaginamos a aquellos niños que vemos por la tele, con la barriguita hinchada y los huesos marcados. Pero aquí, en nuestro primer mundo, donde Internet forma parte de nuestras vidas, hay personas que, lejos de navegar por la red, sólo pueden navegar por su propia imaginación y pensar en cómo sería el cambiar la "chabola" por una casa inteligente, con cámaras de seguridad y todo tipo de tecnologías; cambiar el carro de la compra que empujan por un cómodo "coche ecológico"; cambiar el "rebuscar por la basura" por navegar por Internet cambiar los hostiles enemigos por simples ciberamigos...
Así pues, dentro de este mundo de hipocresía, en este primer mundo, también hay una particular brecha digital, lejos de las tribus de los países del tercer mundo, o mejor dicho... una brecha social.
Puede que la solución no esté en el reparto de ordenadores para los niños del tercer mundo, sino en que todos nos concienciemos y pongamos nuestro granito de arena.
Muy buen post
Anónimo
18 de marzo de 2008, 13:44Para que te estrenes con los memes toma este regalo ;).
Jabba
25 de marzo de 2008, 20:34